Arrastrado por el frenesí
De amarte con toda mi locura
Te coloqué en mi interior
Con el eje mismo de mi vida
Nuestros corazones fulguraban
Como el sol crepuscular en el horizonte
Percibía las mejores sensaciones
Cuando estaba a tu lado
Fue por aquel tiempo
Cuando una nube negra
Invadió impertinentemente
Nuestra robusta felicidad
Te miré a los ojos
Y lo que percibí al verte
Fueron unos ojos engañosos
Desde entonces tuve indicios periódicos
De que algo andaba mal
Cuando aminoró la primera
De mis sensaciones de pánico
El sol iba llegando
A la línea del horizonte
Sentí la puñalada de la desesperación
Si fuese preciso, lo juro
Estaría doblemente dispuesto
A sacrificar mis entrañas
Para conservarte junto conmigo
Era muy difícil aceptarlo
Pero ya no me amabas
Los cimientos se desvanecían
Y se descorrió el velo
Que cubría torpemente mis ojos
Me parecía inevitable
Nuestra improvisada ruptura
Sacudí mi cabeza con ímpetu
Para interrumpir de un tajo
Mis lóbregas e impertinentes cavilaciones
Cada día que pasaba
Aumentaban mis vagas sospechas
Habías adquirido extrañas costumbres
Aunque a pesar de mis preocupaciones
Abrigaba muchas esperanzas
Pero al sucederse el tiempo
Cada detalle que percibía
Representaba una terrible desilusión
Y a mi mente fluyeron los recuerdos
De los sencillos placeres
Que nos habían unido tan estrechamente
Evoqué también los fragmentos
De felicidad y ternura
Que había adquirido a tu lado
Y me detuve allí
Tal y como lo había hecho antes
Por innumerables veces
Con la única y desagradable diferencia
De que no estabas conmigo
Y por mis mejillas rodaron
Las cálidas lágrimas de tu desamor.
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