Busqué un árbol desesperadamente
Para grabar nuestros nombres
Unidos por un corazón
Y atravesados por una flecha
Como solía hacerse antaño.
Fatigué mi vista y mis hombros
Intentando ver en el horizonte
Uno solo que viviera
Mas mis esfuerzos fueron en vano
Solo encontré arena candente
Y una devastación taladora.
Fue cuando vi un espejismo
De algo que parecía un árbol
Me apegué a él con uñas y dientes
Como las olas se apegan al mar
Como el mar se apega a la playa
Como la playa se apega a la tierra
Como la tierra se apega a las montañas
Y como las montañas se apegan al aire
Y como el aire se apega a las olas.
Pero no fue más que un espejismo
El hombre destruía los árboles
Y así truncaba el romanticismo
Que se sentía al grabar los nombres
De las personas que se aman.
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