Cuando lleguemos
A la isla del deseo y veas
Que mi nueva Jerusalén
Está firmemente fundada
Sobre amatistas y perlas,
Esmeraldas y zafiros,
Ágatas y ónices
Que hacen que la luz
De tus auroras boreales
Estallen en fractales
Omnipresentes de fulgor,
Sabrás de una vez
Por todas,
Lo que quiero decir
Cuando recuestas tu cabeza
En mis literas,
Como lo haría
La reina de Saba
Y yo abro los pétalos
De mi enardecido pecho
Para que libes mi savia bruta
Y me des tu savia elaborada.