El punto de no retorno.
Cuando el bumerang llega al límite
Y tiene que retornar.
Fue como cuando jehová
Llamó al vino, vino
Y al pan llamó pan.
Tú me llamaste por mi nombre
Y entonces inició
El enigmático génesis,
El místico origen,
El estallido cósmico,
El rastreable big bang.
El misterio de las cuentas del rosario,
El inicio de un katún maya,
Una nueva eternidad.
La verdad es que yo recuerdo,
Desde mi punto de vista,
Como el momento exacto
De la consubstanciación
De la felicidad.
Tanto tiempo permanecí
Como un pez cavernícola
Sin luz y sin ojos
Desconocedor de la bondad.
Y tú en tu voluntad decidiste
Rehabilitarme a la vida,
Cuando los fonemas de mi nombre
Mencionaste dándome forma
Insospechada,
Lejos de la maldad.
Desde las catacumbas de lázaro
Hiciste que súbitamente
Alzara mi espalda y me girara
Para ver tus ojos
Y que se acabara mi mal.
Al dictado de tu portentosa voz
El valle de mis huesos secos
Humectaste con ternura
Saciando mi necesidad.
La primavera iniciaste
Haciendo reverdecer
Mi marchita vara de Aarón.
Fue con tu abrazo
Que los cimientos
Deteriorados
De mi Nueva Jerusalén
Restauraste
Con amatistas, berilio, jaspe,
Plata, oro y diamantes.
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