Lo mejor es guardar
Al opulento silencio
Y presenciar
Cuando restas tu mirada
En las noches rutinarias
Cuando el milagro toma cuerpo.
Observarte cuando viajas
Entre mis brazos
Sin preocupaciones,
Sin maletas,
Sin bagajes,
Sin rencores,
En la fantástica ruta
Del amodorramiento.
Ver como bajas
Como en un tobogán lúcido,
Suave y tiernamente
Hasta el jardín de los sueños.
Y me alienta pensar
Que a mi costado
Permaneces como un faro
Iluminando mis noches
Y mis días de contento.
Cuando duermes,
Me colocas el sosiego
Al cuello
Como si fuese un amuleto
O un raro talismán
Que me inicia al misterio,
Como una guirnalda
Conmemorativa
De la paz en nuestro reino.
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