Es que yo realmente
No sé ni qué decir.
Porque mi pecho estaba listo
Días antes de que vinieras
Para enlabiar mis carnes
Como si yo fuera
Lo mismo que un mar
Y tú un pelicano hambriento
Te lanzaras
A la conquista de mis olas,
Al arrebato de mis frutos,
A fundirte en mi abrazo,
A hundir tu cabeza
En mi almohada sideral.
Es que yo no sé ni que expresar.
Frente a este muro blanco
De tus ojos
Y yo sin palabras para contar
Los más hondos sentimientos
Que se me agolpan
En los pabellones de mis ojos
Y se enredan en mi lóbulo
Izquierdo de la razón.
La verdad es que no sé
Ni que hacer
Ante el portento de sorpresas
Que como un catálogo
De venta piramidal,
Tú pones ante mis desorbitados ojos,
Para que yo decida
Por mí mismo,
Si morirme de desamor
O perderme esperando
Un espacio en tu nidal.
Francamente
No sé ni qué pensar
Si ya el cimiento
De mi casa
Había sido echado
Con el compuesto
De los músculos
Más intrínsecos
De mi corazón.
Y tú simplemente
Me dices: No.
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