En el primer acto,
Sé que soy testigo
Ocular de la belleza,
Sosegado el corazón
Miro con calma
Como emerge el pétalo
De tu flor.
Ya estoy lleno
De tu mosto
Como en la escena
Apostólica
De la habladuría
De lenguas.
Y me llueve por dentro
Un torrente,
Un portento
De gotitas cristalinas
Que caen como el rocío
Sobre mis poros
Y nervios.
En el último acto,
Sé que soy testigo
Ocular de la belleza,
Inquieto el corazón
Miro sin calma
Como se hunde el pétalo
De tu flor.
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