Mi ser entero
Fue un ojo devorando
La belleza infinita
De tu cuerpo y tu rostro,
¡Cuánta delicia percibí!
Por un instante fui
Dédalo sobrevolando
Las nubes grises
De ciclón
Que me poblaban
La psique y el corazón.
Como en el evento de Tunguska,
Por la apertura de mis párpados
Pasó
La agradable imagen
De tu cuerpo
Quemando mis llanuras
Como en el incidente de Sodoma.
Y me sentí torbellinado
Como cabalgando
El centro de una tormenta.
Mi ser entero
Fue un ojo devorando
La belleza infinita
De tu cuerpo y tu rostro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario