Hoy mis anhelos
Reverdecen
Como la mismísima
Vara de Aarón.
Que se yerguen serenos los juncos
Y los panderos anuncian la llegada
De mi imponderable amor.
Vi una luz, un rayo, una torre
Como en el tarot.
La fortuna vierte
Frutos de su cornucopia
En las faldas de mis lomas.
Y aquí vengo a retomar
El cuenco de mi vida que andaba
Vacío, triste y taciturno.
Mi endecha terminará
Porque de tu torre de marfil
Sale el rayo despedido
Por tu mano y fulmina
Las dudas que azotaban
Mi razón.
Que coman polvo errante
Esas malditas vacas flacas
Que humillaban mi esperanza
Atorando mi garganta
Con ansias y desazón.
Hoy mis anhelos
Reverdecen
Como la mismísima
Vara de Aarón.
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