¡Si yo pudiera frenar el temblor!
Pero es Vulcano el que azota
Las paredes de mi corazón.
Siento una llama
Que enaltece su magnitud
A cada bocanada de aire
Buscando un respiro
Mi corazón.
Y aunque no quiero
Entredecir mi dolor,
Mis palomas caen muertas
En las plazas
Desiertas
De mi desamor.
¿Dónde estará el Mesías anunciado?
Y de qué color será su vestido
Cuando venga de los campos de gloria
Y con sus besos
En mi frente
A todo mi cuerpo ungirá.
¡Si yo pudiera frenar el temblor!
Pero allá
Donde se produce el maremoto
No hay barreras
Ni humanas ni angélicas
Que pongan coto
A la expansión del dolor.
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