Tu voz fue una onda expansiva
Que bañó de par en par
El caracol de mi oído
Y mi sentido de la desesperación,
Cuando distinguí que asentías
A mi propuesta de redención
Sentí palpitar en las plantas
De mis pies
El mundo y todo lo que en él habita.
Un bisonte americano
Que tenía echado
En las vastas planicies
De mi corazón
Fue trastocado
En manada de ágiles gacelas,
Marabunta de deseos
Galopando en mi interior.
Hubo un amplio cielo azul
En mi glándula pituitaria
Y en seguida como por magia
Comencé a respirar mejor,
Cuando distinguí que asentías
A mi propuesta de redención
Sentí palpitar en las plantas
De mis pies
El mundo y todo lo que en él habita.
Ese búfalo dormido
Que llevaba anclado
En el mar de dudas
De mi corazón,
Fue transmutado
En bandada de ágiles alondras,
Grande horda de deseos
Pululando en mi interior.
Tu mirada fue una red antigua
Con impetuosidad arrojada
A mi remota región abisal
Con toda premeditación,
Por eso distinguí que asentías
A mi propuesta de redención.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario