La mañana fue una locomotora
De comienzos del siglo veinte:
Al principio fueron las aves
Quienes dieron la señal
Para el inicio del alba
Pero ya instantes antes
Tu mano había recorrido
Todo lo largo de mi espalda
Los rieles sensibles de mi alma
En donde cada vértebra
Una estación representaba
Y me hiciste recorrer
La inmensidad
Del séptimo cielo
Cuando tus besos certeros
Se adueñaron por completo
Del espacio de mi aura.
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