Humedeciste un beso
Al borde de tu alma
Y lo entregaste sellado
En lo íntimo de mi habitación
Y fue para mi
Como crear estrellas polares
En el cosmos de mi interior.
Besaste tus dedos y me entregaste
Este cofre que porto hoy
En un fugaz instante
Cuando con tus manos
Tocaste mi piel desnuda
Por amor.
Tu abrazo resultó tan vivificante
Que vivo el día de hoy
Remembrando el instante
En que tus manos en flor
Crearon este ikebana perpetuo
Con que cubro mi espalda
Cual capullo de seda,
Cual jardín de deseo
De imperceptible caricia
En incomparable candor.
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