Ven, atrévete a trepar por mis muros
Como si fueses reverdecida hiedra
Que acaricia cada espacio
Que es capaz de recorrer.
Ven, atrévete a violar
El Amazonas virgen
Que guardo en el umbral
De mi lengua,
Para que veas como corren
Tus ríos más caudalosos
Y tus cataratas más trepidantes
A través de tus frías estepas
Y de tus cálidas sabanas,
Porque si lo decides yo seré
El bufón palaciego
Del imperio de tu ser.
Por qué no vienes y atraviesas
Mis callejuelas medievales
Y te arremolinas entera
En las cálidas areniscas
De mi desierto.
Atrévete a vencerme
Como lo hicieron los dueños
De Liliput con Gulliver.
Ven y ata mi espíritu y mi ego
Como si fuesen camellos
En una cotidiana caravana
De mercaderes medio orientales,
Y sabrás entonces la dulzura
Que soy capaz de generar
Como una ostra perlera en los mares.
Ven y avasalla mi cintura
Con tus manos delgadas
Y presta atención
A la estridente explosión universal
De mi cuerpo que,
Como un volcán hawaiano
Va a estallar
Tan solo si tus labios
Rozan mi atmósfera
Como todos los meteoritos
Suelen con frecuencia hacerlo.
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