Pero querido amigo mío
Ella no me dijo que la amabas
Y yo sin entender
La amé sin reparar
Porque en realidad
Ella con su belleza
Sedujo mis sentidos
Y sitió con sus besos
Cada una de mis murallas
Hasta que se desplomaron
Cada una de las barreras
Que podían impedir
Que con fuerza yo la amara
Ella no me dijo que la amabas
Con la fuerza misma
De un huracán intempestivo
Que es capaz de devastar
Las más sólidas edificaciones
Ni que deseabas su cuerpo
Con la fuerza misma
Con la que se atraen
Los astros del rey sol
Ella no me dijo que la amabas
Con la desesperación misma
De un moribundo exhausto
Ante la diosa muerte
Además de que ella vino
Y derribó mis piedras angulares
Con su exagerada belleza
Y ungió con sus besos
Las partes áridas de mi cuerpo
Así que querido amigo mío
Yo no tengo la culpa.
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