¿Qué sucedería si las palabras
Pudiesen mover montañas?
¿Dónde estaría hoy
Esta cordillera repetida
De cumbres empinadas
Que me atraviesa el alma?
La esdrújula, la simple,
La aguda,
La concatenada.
¿Quién podría nombrar
Las vastas llanuras
Con su tundra, con su taiga?
Soy un alpinista paralítico
Que contempla
La cima nevada.
En mi lengua hoy acampa
El abominable frío
De las nieves
Perpetuas
Del Kilimanjaro.
Enmudecido y sin palabras
Nunca soy
Un abril
Con sus cerezos
A los pies del Monte Fuji.
Y deseo anular
Este delirio
Que se llama Chimborazo.
Mover el Aconcagua,
El Everest,
O tan solo aquellas
Siete colinas de Roma,
Desarraigar de mi pecho
Este inamovible
Monte de Sión,
Que llevo cosido
Al costado izquierdo
De mi pecho
Y que con palabras
He nombrado
Corazón.
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