Que las frondosas
Ramas de muérdago
Arrojadas a mí
Por la desesperación
Nunca lleguen
Hasta mi umbral
Para que a mí como a Balder
No se le destruya
Este reverdecido,
Exuberante
Y humano corazón.
Porque como si fuese
Lo mismo que vara de Aarón,
Me ha llenado por dentro
La ilusión
De vivir contigo
Y de llenarme
Del aura de tu pasión.
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