Yo quiero que tu caricia
Sea perpetua en mi vientre
Y que tus labios impacientes
Recorran con su pericia
Mis rincones, cascadas y pendientes
Y que tu carnosa sonrisa
Se pierda entre mi boca y mis dientes.
Yo quiero que tus negros ojos
De luna llena poseída en flor
Se vuelvan eternos
Entre mi bruma,
Que reverdezcan con su candor
Cada triste árbol mío
Y que cada uno sin dolor
Recuerde el momento ardiente
En que nuestros cuerpos impacientes
Danzaban la danza incipiente
Que nos precipitó al amor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario