Como por arte de magia,
Al mismo momento
En que nuestras pupilas
Se encontraron encendidas
Una enfrente de la otra,
Dejamos de ser en el acto
Dos seres desesperados
Buscando un buen amor.
Por mi parte en mi espíritu
Empezó a desencadenarse
Una gigantesca oleada
De savia impoluta,
De adrenalina inflamable,
De deseos incontrolables
De abrazarte
Con mis más exquisitos
Mimos, halagos y ternuras.
Pálida estaba la pérfida luna
Que vigilaba sin pestañear
Nuestros movimientos,
Tan sincronizados como si fuesen
Los de osadas bailarinas de Siam.
Y fue al toque preciso
De nuestras manos
En que nos convertimos
Como por arte de hechizo,
En dos fugitivos arcángeles
Que aleteaban
Como mariposas de luz,
Gorrioncillos fuera del nido,
Luciérnagas vestidas de tul
O rutilantes estrellas fugaces
Descendiendo de lo azul.
Cansado de girar
En torno a la belleza
Decidí adherirme al imperio
De tus piernas.
Porque noté que al estar
Al borde de tu cuerpo
Mi cuerpo empezó a temblar
Como una hoja embestida
Por el viento,
Y al momento,
En que tus manos hurgaron
En mi nidal
Yo me volví una rémora
En tu vasto e impoluto mar.
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