Que lloren los violines
Reverenciando tu presencia,
Y si es preciso
Que la euforia de la música
Que produce tu voz,
Me lleve al paroxismo.
Y si me juzgan por adorarte
Como la dueña de mis cielos,
Que me encarcelen
En las mazmorras del frenesí
Que me produce el oír
Tu voz de ciguapa caribeña.
Si mis tímpanos he de perder
Por escuchar tu voz sensual,
Cual Beethoven produciré
Las mejores obras maestras
Con las que inspires a mi alma,
Porque prefiero perder
Mi vida entera
En el limbo de tu voz,
Y allí quedar por siempre
Como un zombi encantado,
O como un yogui fascinado.
Porque si es preciso
Que la euforia de la música
Que produce tu voz,
Me lleve al paroxismo.
Y si me juzgan por adorarte
Como la dueña de mis infiernos,
Que me encarcelen
En las mazmorras del frenesí
Que me produce el oír
Tu voz de sirena mediterránea
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