No he podido comprender
Cómo de tus manos humanas
Ha podido salir tanta dulzura
Como la que me das
A cada paso que te encuentro.
Si tú fueras una diosa,
De seguro habría muerto,
Pero lo habría hecho
Con placer,
Porque a pesar de conocerte
Y de haberme aprendido
Todas tus curvas,
Todas tus esquinas,
Todas tus fronteras,
Y todas tus salidas,
Aún me cabe la duda
De tu deidad,
Porque de tus manos femeninas
Emana como por magia
La dulce energía
Que restaura mi ternura.
Yo sé que las leyendas
Más antiguas de mi isla,
Quedan insignificantes
Ante la utópica dulzura
Que posees en tu ser.
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