Caían de nuevo las lluvias
Que transitan usualmente
A mediados del otoño.
El cielo a cada tarde
Se ceñía su traje
De un gris hermoso
Y las calles de mi ciudad
Estaban tan mojadas
Como la piel de mis mejillas
Poco tiempo después
De tu paso por mis territorios
Pensaba muy seriamente
Que no serías más
Que un intempestivo vendaval,
Pero no fue así,
Tus caricias llegaron con fuerza
Hasta la faz de mi silueta
Y fue extremadamente colosal
Y a la vez descomunal
El ímpetu con el que llegaste
Que eras solo comparable
A un fuerte ciclón
En las islas del caribe
O como un tormentoso tifón
En las indias orientales
Y quizás como un tornado
En el norte de América.
Las lluvias que invadían
Los meses del otoño
Seguían su persistente caída
Pero ya no pensaba más
Que eras un intempestivo vendaval
Porque había sentido en mi
Las caricias humedecidas
Y en extremo apasionadas
Que gastabas cada día
En la superficie de mi cuerpo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario