Y como no estabas conmigo
Parecía un niño indefenso
En las entrañas de un bosque oscuro
Busqué tus ojos en la penumbra
Y lo que logré fue perderme
En la profundidad de tu ausencia
Maldije el día en que nací
Y entonces comencé a buscarte
Con la desesperación de un moribundo
Y mientras más ansioso buscaba
La salida que parecía no existir
Más me hundía en el laberinto
De un camino que no conocía
Entonces maldije el día en que nací
Y decidí reclinar mi cabeza
Para tratar de calmar la tormenta
Que me llevaba de rehén
Hasta el corazón de la muerte
Fue cuando descubrí la impotencia
De no poder refrenarme
Y maldije el día en que nací
Porque si buscaba la forma de encontrarte
Lo que encontraba era solamente
Una soledad vacía en lo absoluto
Que ni siquiera tenía eco
Parecía una criatura abandonada
En medio de un vasto desierto
Entonces maldije el día en que nací
Estaba tan débil y agonizante
Que traté de elevar una plegaria
A quien pudiera interesar
Para ver si alguna potestad
Podría sacarme de mi agonía
Y lo que logré con mi intento
Fue maldecir el día en que nací
Si hubiera muerto en mi burbuja
No estaría con la incertidumbre
De ver como se escapa mi aliento
Y la agonía que ahora padezco
De ver como se esfuma mi existir
Entonces no me sentiría culpable
De maldecir el día en que nací
Me di cuenta que la hora
De mi muerte estaba próxima
Porque no podría sobrevivir
A una soledad tan angustiosa
Entonces conservé el ultimo halito de aliento
Para gritar de voz en cuello:
¡Maldito sea el día en que nací!
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