El sabor de un ángel es
Como a frutas maduras,
Tiene olor a mandarinas,
Abarca las proporciones perfectas
Que mide tu piel.
Cuando me enrosco a tu cuerpo,
Como si fuésemos dos cucharas
Una aproximada a la otra
Y nos abarcamos
Ambos universos en expansión,
Siento y sientes el íntimo roce.
Mi costado y tu costado
En la misma dirección viajan
Hacia la constelación de Andrómeda.
Me adapto a las curvas tuyas,
Como si fuese autopista
Circundando una montaña.
Cóncavos y convexos nuestros cuerpos
Se amoldan al almidón de la ternura.
Envoltura de brazos y piernas,
Caderas y torsos,
Delirio oxigenante de nuestro amor.
Protegidos y seguros,
Reconfortado en ti y tú en mí,
Vamos a través de la noche,
Como silenciosos búhos de sabana
Que se desplazan ecuánimes
Por el manto nocturno de nuestras sábanas.
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