Cortando el viento
Como la lengua de un áspid.
A mí me llamaba la locura
Con su voz sibilante.
Y entre el barullo de mi interior
Tu voz fue la más fuerte
Cuando me auguraste
Con tu voz omnipotente
Que serían míos
Tus ríos de agua cristalina
Y tus mares de oro
Y tus calles de cristal.
Y entre la bulla de mi corazón
Tu voz fue la más fuerte
Cuando me profetizaste
Con tu voz irresistible
Que sería mía
Tu nueva Jerusalén
Y tus murallas chinas
Y tus faros de Alejandría.
De entre mis catacumbas emergí
Como si fuese lo mismo
Que Lázaro convocado
A la mismísima vida.
A mí me llamó tu ternura
Con su voz embriagante.
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