La tibieza de tu cuerpo
En las mañanas
Me hizo florecer
En este invierno.
Nunca comprendí
Por qué caminos
Me hiciste reverdecer
En todo el cuerpo
Si estas ramas estaban
Alicaídas
Y aquellas aves cantoras
Habían perdido
Sus hojas
Mis pies caminaban desnudos
Por el cieno.
Fue tu sonrisa la que hizo
Brotar
Aquel primerísimo ardor
Y la luz que despiden tus ojos
Me indicaron el camino
De la savia a la flor.
La tibieza de tu cuerpo
En las mañanas
Me hizo florecer
En este invierno.
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