Desencadenaste con tu partida
Los demonios de la soledad
Que tenía aprisionados
En mi interior.
Salieron por mis ojos vueltos aguas.
Y entraron al mismo instante
En que cruzaste el umbral,
Los demonios despiadados
De la melancolía.
Entraron por mis pupilas vueltas sal.
Y se desventró desde mi lacrimal
La nube de tristeza
Que tenía alojada
Como viga en mi ojo.
Fueron mis pupilas
Vueltas aguas
De sabor a sal,
Los recipientes contenedores
De este vasto mar
Que me ahoga los sentidos
Y me hace lamentar
Que ya,
Por más que lo quiera,
A mi lado no estarás.
1 comentario:
le changrin de un garçon
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