Mi ojo es rico en lágrimas.
Las heredó de aquel día
-Nefasto por demás-
En que me dijiste que te ibas.
Mi ojo tiene su propio sistema
Para deshacerse de la tristeza.
Por encima y por debajo
De la parte externa e interna
Del rabillo de mis ojos
Se encuentran
Mis glándulas del desconsuelo.
Produzco un líquido
De limpieza especial:
¡Mis lágrimas!
¡Si pudiera meterme a mi mismo
Por el conducto lacrimal
De mi ojo derecho
Y salir invicto y victorioso
Nadando entre mis lágrimas!
Quisiera poder atar
Con el cinto de Orión
Cada una de las cosas tristes
Que me flotan por dentro.
Y que mis ojos no reciban más
Mensajes de congoja
Por los cuales
Se echen apocados
A llorar.
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