Ahora sé perfectamente
Que ningún habitante
De los países nórdicos,
Podría resistir en sus ojos
La espectacularidad masiva
De esplendor,
Que como si no fuese nada,
Portas en tu espíritu,
A la hora de mirar, sonreír,
Hablar, caminar, existir.
Ahora no tengo dudas de que eres
El sol de media noche.
Porque cuando a mi te apareciste,
Yo estaba atravesando
Un solsticio de tristeza,
Y con el fulgor de tu rostro
Trastornaste mi existencia,
Dejándome para siempre
Tan impresionado e impresionante
Como los observatorios mayas,
O de Stonehenge.
Porque eres el sol de media noche
En mi oscura vida,
Mi existir gira
En torno a la luz radiante
De tu piel,
Que como si fuese la luz de un pulsar
Llega hasta las más abismales
Regiones abisales
De mi mundo interior.
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