19940630

1289 Espíritu de dulzura

Su belleza era tan subyugante
Y avasalladora
Que no me quedó más remedio
Que dejarme devorar
Por el espíritu de dulzura
Que poseían sus ojos.
Mis ojos siempre van a anhelar
Bañarse en las aguas tranquilas
Que reposan en su pecho.
Y siempre sus caricias serán
El más sublime aliciente
Para seguirla queriendo
En cuanto dure
El circulo vicioso de la eternidad.
¿Por qué no dejarme llevar
De la apacible luz de su mirar?
Si delante de ella
Yo vengo a ser tan vulnerable
Como la estopa que arde
Humedecida en brea.
Por eso fue que la coroné
Como la emperatriz absoluta
Y el ama totalitaria
Del imperio de mi cuerpo.
A veces pienso qué habría sido
De mi existir,
Si no hubiese tenido el privilegio
De conocerla como la conozco,
Porque su belleza era tan subyugante
Y avasalladora
Que no me quedó más remedio
Que dejarme devorar
Por el espíritu de dulzura
Que poseían sus ojos.

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