Tan suave es cada pisada
Y tus gestos tan cariñosos
Tierna todas tus miradas
Y tu rostro tan hermoso.
Por eso mi alma te da loor
Porque eres indudablemente
El dueño de la paz y el amor
Y de la dulzura silente.
Gracias porque tu has llegado
A mi solitario corazón
Gracias porque tu has llenado
De tu paz mi pobre corazón.
Porque desde entonces tan rico soy
Como solo pueden ser
Los que van por donde voy
Llenos de tu amor y poder.
Gracias por bendecirme en tu nombre
Tan dulce, bello y poderoso
Con el que se cambian los hombres
De pobres y tristes a dichosos.
Porque tu nombre es semejante
A la misma luz del alba
Y tu sonrisa tan radiante
Como la mejor y más grande calma.
Porque tu nombre, Jesús
Es tan grato y agradable
Que hasta la mismísima luz
Tiene que declararte admirable.
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