La distancia cayó a mi espalda
Como si fuese semejante
A una estrella
Que se desprende del firmamento
Y el estrépito de su caída
Fue tan atroz a mis sentidos
Que quedó mi rostro
Convertido en una mueca
Triste y desolada
Las lágrimas no fueron suficientes
Para desahogar mi espíritu
Del tormentoso espanto
Al que quedé sometido
Cuando la distancia traidora
Cayó a mis plantas
Abriendo un surco
Tan enorme como el amor
Que te profesé
Desvergonzadamente
Y caí en sus brazos
Como si fuese igual
A un refugiado
Y lloré
Tristemente lloré
Y cuando se repuso
De la tristeza mi espíritu
Decidí amar la distancia
Que había caído a mi espalda
Como si fuese semejante
A una estrella
Porque era mejor a mi alma
Amar la distancia
Que cruelmente me separó
De la benéfica luz
De tus ojos
Y de la dulzura estrambótica
De tus vírgenes pechos
Porque si no moriría
En el acíbar del dolor
Que me provocó la distancia
Cuando cayó a mi espalda
Como una estrella fugaz.
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