20200710

4351 Como los tentáculos de una anémona de mar


En realidad, en estos días 
He sentido en mi cabeza
Que los pensamientos de tristeza
Danzan como los tentáculos
De una anémona de mar.

Como el hombre de Vitrubio 
Por más que extiendo mis brazos
No sobrepaso el radio
De la soledad.

Las oleadas de congoja
Hacen que me mueva
Indistintamente
De aquí para allá.

Como un satélite errante de Saturno
Siento anillos concéntricos
Que me oprimen el pecho
En un abrazo letal.

Sin mirarte a los ojos
De qué sirve 
La flor que se mece, 
La nube que pasa
El cielo, el perfume, la mar.

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