No fue
Ninguna sorpresa
Enterarme
Que las palabras
Más comunes
De mi repertorio
Incluían los fonemas
De tu arcangélico nombre: Priscilla,
Porque en aquel entonces
Hubo una maraña
De ilusiones
Que se desbordaron
Como lluvia
De meteoros
Provenientes de la cola
De tu pelo
Cual cometa,
Y yo quise,
Finalizando este octubre,
Recoger
Tu lluvia de estrellas
En las desoladas
Planicies
De mi pecho,
En los apartados
Campos abiertos
De mi plexo,
Sin embargo
Las exiguas
Bocanadas
De aliento
Con que me así
A las ilusiones
En mi vida
Sólo me dejaron
Musitar
Las sílabas
De tu nombre,
Y ya ves
Hoy que vuelven
Las Oriónidas
A pasar por las puertas
De mi casa
No te tengo a mi lado
Y ha pasado
El pasado.
Sólo me ha quedado
Este presente
Sin futuro.
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