Te entrego conmigo
Un poema remoto,
Con aroma de clavo y canela
(Que podría rimar con Gabriela)
Sin amarras ni lastre
Con sus hinchadas velas,
Un poema fugaz
Perpetuamente victorioso
Perennemente invicto
Vencedor.
Como una orla
Una circunvolución
Sinuoso, con sus recovecos.
Sin arneses
Ni arandelas
Sin amarras
Sin rastro
Ni ristras
A rastras.
Junto con este
Poema remoto
Mi reverdecida
Vara de Aarón
Los cimientos
De esta
Nueva Jerusalén,
Un pilar, una fuente
La pororoca
De mi abrazo,
El diván
De mi enverdeciente
Cálido
Fosforescente mar.
La orden ha sido dada
Al dictado
De tus dedos
Para que se incluya
Un cofre
De nacaradas
Perlas,
Y luces interestelaress
De supernova,
El espacio sideral
O lo mismo
Que una constelación
De estrellitas de mar.
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