Cada vez
Que me hablo
A mi mismo de ti
Vivo un hervidero
En mis venas.
Siento infinidad de hormigas
Recorriendo mi condena,
Aludes de fantasmas
Apretando mis cadenas.
Aun no estoy listo
Para olvidar
Y es que aquilato cada espacio
De la urdimbre que era común
A nosotros dos.
Yo quisiera expeler
Este maldito demonio
De soledad
Con tu presencia inmaculada,
Pero su energía me envuelve,
Catastróficamente
Me abrasa.
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