Parece que no hay mandala
Que haga retroceder
Un ápice en tu voluntad,
Aunque me arrastre
Por el acantilado
Como musgo
Extirpado desde el mar
Por la tormenta,
No contestas
A mi invocación ulterior.
Lo peor no es este naufragio
Sino las inmensas ganas
De no zozobrar.
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