Si ese filoso cuchillo
En forma de daga
Con que atraviesas
Mis implorantes miradas
Fuese suave
Como el terciopelo
En mis mañanas
De loco frenesí,
Si el sagrado olor de mi mar
Te llegara
Como un suspiro terrestre
Y tus ojos se abrieran
Delirantes ante mis ojos
De par en par,
Estos vuelcos que da
Mi corazón lleno de melancolía
Serían como cofres de blancas perlas
Encontradas en el fondo del mar,
Y este infierno
En el que muero contigo
Sería un cielo
Tapizado de blancas estrellas
Fulgurantes en su tintinear.
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