Que se lleven el cielo
A otro lado
Pero que tu pecho
De estrellas
No lo lleven lejos
De mi mirada.
Que la miríada
De caricias
Con que tu boca
Premia a mi espalda
No cese nunca
Ni por artes de conjuros
Ni por disposición de la magia.
Que tu pupila de alondras
No vuele errática
Ni lejos de mi casa
Porque bien sabes
Que el destino turístico
Predilecto de mis ojos
Se halla en tu mirada.
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