Cuando tu lengua me hurga
Como si fuese pozo petrolero
En los campos de Kuwait
Mi pecho se hincha
Como las velas del barco de Simbad.
Tus mimos que exceden
Y pasan más allá
De la medida o regla
De mi ilusión
Son la parafina que me hará arder
El corazón.
Esta dulzura de manos,
Este rozar de lenguas,
Este lamer de carnes
Me saca de las líneas de los límites
De lo ordinario
De mi cordura.
Y me embarco
En un irremediable enajenamiento,
Se teletransportan mis sentidos.
Y tengo
Que cooperar
Incondicionalmente
Con lo inevitable.
Por eso
Dedico esta lengua
Que compuse ayer
De un suspiro,
A las llamas incandescentes
De tu cuerpo.
En mi pecho está
A punto de nacer
Una nueva supernova
Porque tus ojos fugaces
Acompañan
Mis auroras.
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