Cuando estamos juntos
En cualquier lugar de la tierra
En que nos encontremos,
Allí instalamos sin proponérnoslo
Nuestros cuerpos
Como tiendas de beduinos errantes
Que por el destello de nuestro amor
Se convierte
En una catedral de silencio,
Porque nuestro amor en secreto
Suspira como un moribundo en el desierto.
Yo deseo gritar en las plazas,
Por encima de las atalayas,
A los cuatro vientos,
En los atiborrados mercados,
Delante de la muchedumbre,
Que lo oigan los arcángeles
Y los dioses sordos por costumbre,
Que nuestro amor existe
Y es real
Que tus besos me sostienen
Y es mi mal
El no poder exhibirte
Y ostentar
Nuestro amor inmaculado
Que tenemos que encerrarlo
En una fría catedral
De silencio avasallante
Porque según dicen no es
Un amor legal.
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