Siempre será un buen momento
Para comenzar otra vez
Aunque el desnirvanador apague
El interruptor de las nirvanas
Y aunque el desmaravillador obstruya
Los canales de las maravillas
Aunque nos seduzcan con su lengua
Los promiscuos pastores del Edén
Aunque irrefutablemente lo ordenen
Las fulgidas estrellas
Aunque lo promulguen los imperiales edictos
Y lo señalen las invulnerables pitonisas
Aunque lo anuncien los adictos.
Y haya empezado a regirnos
En su magno apogeo
El dios de la decadencia.
Resuelta y enteramente me resisto
A aceptar el fin
De este tiempo para la esperanza.
Con inmutable tesón y vehemencia
Espero en mi paciencia
El nacimiento del nuevo cielo y el nuevo sol.
Porque entonces reverdecerán
No sólo la vara de Aarón,
Sino la marchitada esperanza
De cada humano corazón.
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