Como luna en tiempos de cataclismo
Quedaron mis pupilas,
Perdidas,
Tras las curvas de tu cuerpo
Y cuando resuelto decidí
Girar en tu órbita
Descubrí por azar
Que el mismo centro
De tu atrayente universo
Era el mismo centro
De mi perdido universo.
Y por eso resolví
Venderte mi alma,
A cambio del sonido
De tu mística voz,
Que fue capaz de remontarme
Transmutarme
Reducirme
Trastornarme.
Porque era que tu presencia
Producía a mi alma
Una calma apacible,
Un deleite tan excelso
Y un reposo tan enorme
Que me temí que no fueses
Un ser real,
Hasta que pude comprobar
Con mis propios ojos
Al momento de abrazarte
Que aun conservabas tus alas
De arcángel errante.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario