Tú eres la excelsa flor encendida
Que con fulgor ilumina y perfuma
Mi muerte y mi vida,
Porque al acariciarme tu mano,
Fue sanada mi mortal herida
Y aunque soy un simple humano
Me mostraste la salida
Cuando el amor estaba lejano,
Y cuando mi alma vencida
Se sentía desfallecer,
Tú rebosaste la medida
De mi vacío y triste corazón,
Transportándome a las zonas prohibidas
Donde no llega la razón,
Y por éstas razones, querida,
Se ha encendido mi pasión,
Porque eres la excelsa flor encendida
Que adoro con total devoción.
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