Aún no he podido avistar el límite
De la pasión enfermiza
Que me poseyó
Al mismo instante de verte,
Porque fui arrebatado
Por el espíritu de la no cordura
Y empecé a actuar diferente
De como había sido antes,
Quizás fue la forma
En que me susurraste que me amabas,
Porque parecías desvanecerte
En el viento,
Y cuando tus hermosas alas
Me cubrieron,
El alivio que sintió mi cuerpo
Fue semejante
A la misma muerte.
Y aún después de amarte
Me quedó el preciso sabor a miel
Que lamí como un perro
De tu cuerpo,
Y aunque he estirado mi cuello
Y he aguzado mis ojos
Con toda la atención
Que soy capaz de concentrar,
Aún no he podido avistar
El limite,
De la pasión enfermiza
Que me poseyó
Al mismo instante de poseerte.
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