19900831

0285 Arenga sobre Priscilla

No era solo su piel porcelanizada,
Era además la estructura
Que envolvía su interior,
Lo que me atraía sin control
A caer ante sus plantas.
Era como una flor erguida,
Suave y delicadamente formada,
Con sus vértices encumbrados
Y sus cimas tan precisas,
Que creí que era cristalizada.
Porque llegó hasta mi interior
No sé cuándo, ni cómo,
Pero lo cierto es que llegó,
Y se aferró a mis entrañas
Con un ímpetu descomunal,
E implantó su imperio entre mis venas.
No le fue suficiente
Seducirme con sus labios,
También me atrapó con sus ojos,
Y me enredé en el laberinto
Que encontré entre sus brazos,
Porque la madre naturaleza
Se había extremado hasta lo sumo,
En moldear su cuerpo porcelanizado,
En dibujar simétricamente sus labios,
Y en suavizar las exageradas curvas
Que formaban su esbelto cuerpo.
Impregnó mi espíritu de euforia
Y desde entonces la amé,
No por tener un cuerpo bello,
Sino simplemente por ser quien era.

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