Entonces llegó el viento solano
Y las lluvias postreras cayeron
Dejando una inundación incontenible
En lo más hondo de mi interior
Todo había sido devastado
Por la feroz y violenta tormenta
Que me proporcionaba tu ser.
Traté de aferrarme a mi mismo
Con uñas y dientes
Pero la fuerza colosal
Que poseía tu mirada
Me obligó a rendirme a tu favor
Y tratando de no ser
Tan dependiente de tu cariño,
Traté de amarme a mi mismo
Logrando con el intento
Desperdiciar el hálito
De mi pusilánime aliento
Porque no podía imaginar
Que estuvieras predestinada
Para robar y llenar mi vida
Como lo hizo el viento solano
Y las lluvias postreras que cayeron
Inundando las profundidades
Más recónditas de mi interior.
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