Su mirada es más penetrante
Que el mar bravío en la bahía.
Tal vez por su acentuado color café,
O por la expresión de sensualidad,
Con la que suele mirarme.
Desde mi punto de vista creo
Que ella es el punto de partida
En donde se inicia la belleza,
Y en su rostro dulcemente aniñado
Se conjuga lo paradisíaco.
Y puede convencer con sus labios
A la misma soberbia terquedad,
Además de que su rica voz
Es mucho más refrescante
Que el agua fría en el desierto.
Pienso que es muy buena
Porque me deja refrescar el alma
Cuando me miro en sus ojos,
Y porque su cuerpo es preciso
Para saciar mis necesidades,
Ya que todas mis funciones básicas,
Están descritas y contenidas
Entre su aniñado rostro de mujer.
Por eso pienso que es superior
A las demás mujeres de la tierra,
Porque es idónea para mi gusto
Y porque además de su belleza,
Posee todas las cualidades
De una mujer seductora, atractiva y perfecta.
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