Esta es la verdadera historia
De la más hermosa de las femeninas,
Aquella que nació un día
El mismo en que nacieron las rosas,
De ahí que sea tan augusta
Y a la vez esbelta y bohemia.
Al paso de su crecimiento
Las demás doncellas se encelaban
Por la magnificencia de su belleza,
Al cumplir sus quince abriles,
Aprendió a manejar sus labios
Y a controlar sus ojos con seducción.
Dio mantenimiento a su piel
Para que fuese siempre lozana y codiciable,
Y cuidaba al máximo sus uñas
Para atraer en forma genuina
A todo el mortal que la rodeaba.
Descubrió entre sus pechos
Un poder inexplotado de sensualidad,
Y entonaba su voz con docilidad
Para atrapar con su dulzura.
Tuve la dicha de conocerla
Y jamás logré olvidarla,
Porque estaba su cuerpo poseído
Por el espíritu de la estética,
Y porque fue la más real de las musas
De las que se tiene conocimiento
En toda la historia de la humanidad.
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