Ven, condúceme en el carruaje
De tu cuerpo encendido
Hacia las regiones secretas
En donde mora
La emperatriz de las auroras,
Como si fueses un dios
Y yo su siervo leal.
Invócame, evócame, clámame
Desde la cima de tus volcanes
Y yo te responderé
Con mi voz caribeña,
Con el azul turquesa
De mi mar.
Convócame, llámame, anhélame
Desde las fosas profundas
De tus océanos
Y yo te responderé
Con mis verdes montañas,
Con mi banco de coral.
Y si notas que mi voz
Está perdida en el horizonte
Entonces agrúpame,
Conciértame, congrégame
Fusióname, reúneme
Unifícame con tu cuerpo
Encendido en amor.
Si percibes que el dolor
Me aprisiona el pecho
Y no me deja respirar
Entonces anégame,
Aspírame, blasfémame
Conclúyeme, consúmeme,
Exhálame, incorpórame, naufrágame
Haz conmigo lo que quieras,
Y no me dejes sumir
En un círculo de tristezas
Sin paralelos en el universo,
Si me ves triste en algún momento
Porque te encuentras lejos de mí
Entonces cítame, clámame
Acuérdame, antójame, conjúrame
Desálmame, desvíveme, disparátame
Quiéreme y reclámame
Que estaré contigo
Aun en el más allá.
Y cuando estemos juntos
Como mar y viento
Entonces, pero solo entonces
Jadéame, llámame, maldíceme
Transmútame, conviérteme,
Repásame, respírame, suspírame
Termíname, zozóbrame,
Condúceme en el carruaje
De tu cuerpo encendido
Hacia las regiones secretas
En donde mora
La emperatriz de las auroras.
Un relámpago en la colina de enfrente ~ Un trueno en la colina de atrás ~ entre las dos ~una piedra muda. - Ko Un
20010331
2101 Allí te encontraré
Parece como sí la tierra
Se hubiese tragado tu cuerpo
Y tu rostro
Que tenían la facultad
De hacerme desesperar.
No hubo flores,
Ni dolores,
Ni aparecieron amores,
Ni sabores,
Con los cuales te pudiera
Suplantar.
Y cuando veía unos ojos
Que me recordaban tus ojos
¡Ay de mí!
¿Hacia dónde te moviste?
¿Dónde mudaste tu tienda?
Que nuestra separación en tu ánimo
No me engañe,
Y si moras en las hendiduras
De las peñas
En alguna altísima morada
No digas en tu corazón
Que no pisarás mi tierra,
Porque si te remontares
Como un águila
Y aunque entre las estrellas
Pusieres tu nido
Allí te encontraré,
Dice mi corazón.
2100 Arcángel de mi perdición
No quiero pecar de hiperbólico
Diciendo que literalmente
Eres mi vida,
Mi lluvia,
Mi bosque y mi sol,
Que mis galaxias giran
En torno de tu luz,
Y que al dictado de tu voz
Se recrean en mi mundo interno
Mis árboles, mi mar
Y mi amor.
Pero cuando estoy contigo
Y tus ojos
Me miran con la ternura
Tan desarmante
Que te sale del interior,
Yo no puedo resistirme
A decirte que mi amor
Te pertenece a cada instante
Que en mi vida,
En mi lluvia,
En mi bosque y mi sol
Apareces triunfante
Cual invicto arcángel
De mi perdición.
Cuando arribaste
Con tu belleza transparente
Armónica, deleitante
Yo no estaba en agonía,
Ni palpitaba en zozobra
La vida mía,
Pero cada vez
A nuestro encuentro
Yo no puedo resistirme
Y decirte que mi amor
Te pertenece a cada instante
Que en mi vida,
En mi lluvia,
En mi bosque y mi sol
Apareces triunfante
Cual invicto arcángel
De mi perdición.
Diciendo que literalmente
Eres mi vida,
Mi lluvia,
Mi bosque y mi sol,
Que mis galaxias giran
En torno de tu luz,
Y que al dictado de tu voz
Se recrean en mi mundo interno
Mis árboles, mi mar
Y mi amor.
Pero cuando estoy contigo
Y tus ojos
Me miran con la ternura
Tan desarmante
Que te sale del interior,
Yo no puedo resistirme
A decirte que mi amor
Te pertenece a cada instante
Que en mi vida,
En mi lluvia,
En mi bosque y mi sol
Apareces triunfante
Cual invicto arcángel
De mi perdición.
Cuando arribaste
Con tu belleza transparente
Armónica, deleitante
Yo no estaba en agonía,
Ni palpitaba en zozobra
La vida mía,
Pero cada vez
A nuestro encuentro
Yo no puedo resistirme
Y decirte que mi amor
Te pertenece a cada instante
Que en mi vida,
En mi lluvia,
En mi bosque y mi sol
Apareces triunfante
Cual invicto arcángel
De mi perdición.
2099 Pegaso
Dolorosas alas blancas
Iban saliendo al caballo blanco
Sin saber que eran alas
Sin saber que era un pegaso
Y cuando un día el instinto
De volar le colmó el paso
Jinete del viento
Se tornó.
Así mismo
Habita en mi campiña interior
Una sensación
De libertad absoluta,
De emancipación.
Yo que soy el único experto
De mí mismo
Declaro que no hay
Ninguna regla que me sujete.
Cuando vuelvas de tu nube
Ya me habré ido
Con el mar
Junto a Alfonsina Storni
Junto al mítico Simbad,
En busca de mi destino,
De mi inalienable libertad.
Iban saliendo al caballo blanco
Sin saber que eran alas
Sin saber que era un pegaso
Y cuando un día el instinto
De volar le colmó el paso
Jinete del viento
Se tornó.
Así mismo
Habita en mi campiña interior
Una sensación
De libertad absoluta,
De emancipación.
Yo que soy el único experto
De mí mismo
Declaro que no hay
Ninguna regla que me sujete.
Cuando vuelvas de tu nube
Ya me habré ido
Con el mar
Junto a Alfonsina Storni
Junto al mítico Simbad,
En busca de mi destino,
De mi inalienable libertad.
2098 Pero no llamaste tú
Llamó el mercader en la plaza
Vociferando su provisión:
"Vengo
Del bazar de los camellos pigmeos
Que caben por el ojo
De su aguja".
Llamó el cansancio
Con sus palabras agudas,
A la puerta de mis piernas
Y mis columnas,
Llamó el sueño
Con su seño,
Desde la vereda antigua
De la muerte,
Llamó la suerte
Enmarañada entre las runas,
Llamó Jehová
Para que le sirviera
Como siervo inútil
De obra estéril.
Llamó el deseo de verte,
Llamaron tantos dioses,
Y de druidas y nereidas
Un millar de voces,
Pero no llamaste tu
Y el caracol de mis oídos
Empezó a sentir
La espantosa sed de tu voz
La angustiosa redundancia
De la soledad,
Y fue tanto lo que abundó
En mi interior de desolada alma sin amor,
Que en mi garganta se ahogaron las lunas
Se hundió mi naufragante corazón.
Ahora que ya las lágrimas
Han macerado mi cuerpo y su candor
Ya solo queda
Este cadáver insepulto
Que desde fuera de mi caverna
Muchos llaman en alta voz
Pero que no quiere escuchar
Mas que el rumor consolante
De tu respiración,
Y el batir desesperante
De tu corazón.
Vociferando su provisión:
"Vengo
Del bazar de los camellos pigmeos
Que caben por el ojo
De su aguja".
Llamó el cansancio
Con sus palabras agudas,
A la puerta de mis piernas
Y mis columnas,
Llamó el sueño
Con su seño,
Desde la vereda antigua
De la muerte,
Llamó la suerte
Enmarañada entre las runas,
Llamó Jehová
Para que le sirviera
Como siervo inútil
De obra estéril.
Llamó el deseo de verte,
Llamaron tantos dioses,
Y de druidas y nereidas
Un millar de voces,
Pero no llamaste tu
Y el caracol de mis oídos
Empezó a sentir
La espantosa sed de tu voz
La angustiosa redundancia
De la soledad,
Y fue tanto lo que abundó
En mi interior de desolada alma sin amor,
Que en mi garganta se ahogaron las lunas
Se hundió mi naufragante corazón.
Ahora que ya las lágrimas
Han macerado mi cuerpo y su candor
Ya solo queda
Este cadáver insepulto
Que desde fuera de mi caverna
Muchos llaman en alta voz
Pero que no quiere escuchar
Mas que el rumor consolante
De tu respiración,
Y el batir desesperante
De tu corazón.
2097 A salvo mi sonrisa
Pones a salvo mi sonrisa
Cada vez que tus ojos tiernos
Me miran.
Y me desarmas
Me desmantelas
Desalojas mi congoja,
Desamparas mi amargor,
Desabrigas mi tristeza,
Proscribes mi temor,
Confinas mi nostalgia,
Excluyes mi dolor,
Descartas mi angustia,
Desagregas mi ansiedad,
Desvinculas mis columnas
De mis paredes y mi corazón,
En fin,
Me vuelvo un etcétera
Cuando contigo
Vivo y trino
Cual gorrión.
Pero soy mártir del ocaso
Cuando tus pasos
Se alejan de mí
Como si fuesen las aguas
De una fuente que se aleja
Hasta llegar a la mar.
Sácame esta daga
De faquir oriental
Que tengo incrustada
En la garganta
Y que no me deja trinar,
Y haz conmigo lo que quieras,
Pero no me dejes hundir
En esta sinuosa soledad.
Pon a salvo mi sonrisa
En el lugar más cálido
De tu interior.
Cada vez que tus ojos tiernos
Me miran.
Y me desarmas
Me desmantelas
Desalojas mi congoja,
Desamparas mi amargor,
Desabrigas mi tristeza,
Proscribes mi temor,
Confinas mi nostalgia,
Excluyes mi dolor,
Descartas mi angustia,
Desagregas mi ansiedad,
Desvinculas mis columnas
De mis paredes y mi corazón,
En fin,
Me vuelvo un etcétera
Cuando contigo
Vivo y trino
Cual gorrión.
Pero soy mártir del ocaso
Cuando tus pasos
Se alejan de mí
Como si fuesen las aguas
De una fuente que se aleja
Hasta llegar a la mar.
Sácame esta daga
De faquir oriental
Que tengo incrustada
En la garganta
Y que no me deja trinar,
Y haz conmigo lo que quieras,
Pero no me dejes hundir
En esta sinuosa soledad.
Pon a salvo mi sonrisa
En el lugar más cálido
De tu interior.
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